En general, la agilidad es un término comercial común que se refiere a la rapidez con que una organización responde a las oportunidades. Normalmente se reconoce como el tiempo transcurrido entre que una organización toma conciencia de una posible oportunidad comercial y actúa en consecuencia.
La agilidad de TI, entonces, es una medida de cuán eficientemente la infraestructura de TI de una organización puede responder a estímulos externos. Esto puede significar qué tan efectiva es la presión para cambiar o con qué éxito se crea una nueva oportunidad. En lugar de pensar que es una tarea más que completar, la agilidad de TI debe verse como una mentalidad más general, que eventualmente se convertirá en parte de la cultura de la compañía.
A diferencia de los métodos “en cascada” del pasado, la metodología ágil es un proceso incremental que generalmente se realiza en sprints quincenales o mensuales. Al final de cada sprint, se evalúan las prioridades del trabajo y del proyecto, lo que permite que se descubran los errores y que se incorporen los comentarios de los clientes.
Hay una variedad de principios que se aplican a entornos ágiles, estos son los más comunes
Satisfacer al cliente a través de la entrega temprana y continua
Entregar actualizaciones con frecuencia a través de sprints quincenales o mensuales
Cultivar un ambiente de requisitos cambiantes
Prestar especial atención a la excelencia técnica y al buen diseño
Promover una comunicación sólida entre empresarios y desarrolladores
Mantenerlo simple
Fomentar la reflexión continua sobre el progreso, así como las mejoras que se pueden realizar
Es importante recordar que la agilidad de TI no es un proyecto rápido que se puede ejecutar durante un largo fin de semana; La agilidad de TI requiere un cambio completo en el espíritu y la filosofía de la empresa. Una vez que todos estén a bordo con este cambio, se debe implementar un plan en evolución para trazar los objetivos estratégicos a corto y largo plazo. Si tiene una perspectiva sólida sobre dónde le gustaría que fueran sus sistemas, entonces es mucho más fácil seleccionar las oportunidades apropiadas que lo llevarán allí una vez que se reúnan.
Para comenzar a crear este plan, es necesario que la empresa reflexione sobre algunos de los factores clave que están impulsando la aplicación de la agilidad para comenzar: ¿Los sistemas están estrechamente relacionados y se oponen al cambio? ¿Los calendarios de implementación están limitados debido a la prueba de las complejidades y las dependencias de integración? Al descubrir qué es lo que fomenta el cambio, ayudará a que los objetivos sean específicos y relevantes.
Algunos de los planes estratégicos más beneficiosos para la agilidad de TI incluyen:
Project management
Arquitectura empresarial
Portfolio management
Rápida adopción de nuevas plataformas
Change management
Despliegue continuo de plataformas