La era actual se caracteriza por la inmediatez y la búsqueda de resultados rápidos. Es la mal llamada era de la información, incluso podríamos decir que es más apropiado el término de “saturación”, ya que nos inunda constantemente de contenidos para ver, leer…
Nos encontramos con gran cantidad de información de todo tipo y por todos los canales. Hoy se habla de “infoxicación”, como la intoxicación de la información. Por ello, cada vez más, necesitamos herramientas que nos ayuden tanto a filtrar la información, como a tratarla con mayor velocidad.
Sin embargo, la media de velocidad natural de lectura no suele ser muy alta. ¿Por qué? Porque al igual que con las técnicas de estudio, la memoria, la atención u otras habilidades, no las hemos aprendido, no han formado parte de nuestro bagaje en la educación formal y, por ende, no las hemos desarrollado ni aprovechado todo su potencial.
La lectura rápida consiste en un conjunto de métodos y técnicas que sirven para aumentar la velocidad al leer, pero sin reducir el nivel de comprensión ni la retención de la información. No todas las personas son capaces de llevar una lectura rápida, por eso nos parece importante compartir una serie de estrategias para aumentar la velocidad de lectura.
Una de las características de la lectura rápida es que permite analizar el texto al mismo tiempo que se lo lee, con lo cual se aumenta la velocidad de lectura pero sin reducir el nivel de comprensión lectora ni la retención de los datos.
La lectura rápida puede ser utilizada para cualquier tipo de texto y consiste básicamente en la implementación de ciertas estrategias como el agrupamiento de palabras y frases, en la reducción de la subvocalización y en el movimiento rápido de la vista.
De todos modos, la principal estrategia para la lectura rápida es el entrenamiento diario porque permite mejorar la movilidad ocular. Es decir que la habilidad de los movimientos oculares se adquiere mediante la práctica y el entrenamiento frecuente.
Además de entrenar la vista es importante adoptar una actitud activa frente a la lectura, esto implica lograr un nivel de concentración adecuado y un propósito bien definido, a fin comprender al máximo el contenido del texto.
El siguiente curso persigue mostrarte las técnicas y herramientas que van a ayudarte a doblar o triplicar, como mínimo, tu habilidad para leer más rápidamente, comprendiendo, y filtrando la información necesaria.
